Lo que nos mantiene unidos no es el origen étnico, la educación, los ingresos o la política. Somos una familia porque en Jesús tenemos una lealtad común. Cristo, con su cuerpo quebrantado y su sangre derramada, está en el centro de todo lo que hacemos juntos. Cada uno de nosotros viene, trayendo nuestras historias únicas, a recorrer la vida juntos como comunidad. No se trata de uniformidad sino de unidad, para que juntos podamos vivir para Cristo.

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¡Nos encantaría darte la bienvenida en Eastern Ave! Cualquiera que sea su edad, sexo, raza, habilidades, estado económico, orientación sexual o identidad de género, estás invitado a participar plenamente en nuestra comunidad de fe que sigue a Jesús. ¡Dios te ama!